ESTILO INDUSTRIAL


El estilo industrial tiene su origen en las actuaciones sobre fábricas abandonadas llevadas a cabo por artistas norteamericanos a mediados del siglo pasado, fue un movimiento creativo, rompedor y vanguardista que supuso el redescubrimiento de espacios y elementos en desuso, el reciclaje que dotaba de nuevo sentido a objetos que integrados en nuevo contexto adquirían un significado diferente.

Los espacios amplios y la desnudez de los materiales y de la propia estructura son elementos claros de este estilo. El hormigón, el acero, el ladrillo, elementos estructurales y de instalaciones, objetos reciclados de origen industrial, todos pensados para la función y no para la estética pero que ahora pasan a ser la imagen de estos espacios.

 


El espacio debe ser fluido, con las partimentaciones esenciales. El mobiliario será poco elaborado y a ser posible envejecido, de maderas sin tratar, de hierro forjado o acero con pátina.

Los muros de ladrillo visto con acabados irregulares y caliches, los pavimentos de hormigón, los techos altos donde la estructura y las propias instalaciones se convierten en el único ornamento son elementos habituales. No se busca la perfección sino que al contrario se pretende que lo básico y esencial es lo que forma este espacio y se pretende reflejar el paso del tiempo en estos materiales, empleándose con frecuencia procesos para envejecimiento artificial. 

Lógicamente esta imagen requerirá de una adecuada composición, muy trabajada y del empleo de técnicas específicas para conseguir un ambiente con valor artístico.