Se trata de un estilo bohemio, casi hippie, con algo de kitsch y elementos del estilo étnico. Se apoya en la libertad formal, la intensidad del color y la suma de elementos para dar lugar a composiciones que huyen del menos es más y apuestan por su contrapartida, por la libertad, la naturalidad y el contraste que permite y alienta la suma de elementos y objetos diferentes. Se le ha dado en llamar el estilo de los viajeros porque es frecuente el empleo de elementos en la escena de lugares muy distantes entre sí (árabes, orientales,...).

El color, o más bien los colores, son protagonistas en esta corriente. Los colores son el elemento eje sobre el que gira todo lo que está relacionado con el Boho Chic. Se busca naturalidad, alegría y exuberancia con colores potentes y vibrantes que se adueñan del espacio y contrastan entre sí potenciándose aún más. Y no hay color sin luz, la importancia será máxima ya que se busca el protagonismo del color.

La naturaleza también está muy presente en forma de flores tanto naturales, como representadas en pinturas, telas, alfombras,...

En definitiva se trata de un estilo muy complejo que exige mucho más que otros el apoyo de arquitectos especializados en interiorismo que sepan encontrar el equilibrio y la armonía a fin de evitar que la suma de tantos elementos potentes den lugar al caos.